Estudio de Arte YUSTE

* El Estudio de Arte YUSTE significa la culminación de un ansiado proyecto: hacer de un centro dedicado a la restauración y conservación de obras de arte y objetos artísticos, una expansión hacia la pedagogía del arte y la literatura basada en el único criterio de aplicar la más rigurosa ortodoxia en lo académico y la libertad total en lo creativo.

* Desde hace más de treinta años el Estudio de Arte YUSTE ha desarrollado este proyecto con la satisfacción de ver como el trabajo y la dedicación de los alumnos ha situado a muchos de ellos en escenarios donde se valoran la creatividad, la originalidad y la capacidad de investigación y superación que marcan los caminos de la actividad artística.

* Como consecuencia de esta tarea basada en el trabajo, la disciplina y la dedicación, se ha creado el Grupo Artístico STUDYO que pone de manifiesto el resultado del esfuerzo de unos artistas que, desde la individualidad estilística y creativa, presentan su trabajo a público y crítica amparados por galerías de arte e instituciones que acogen sus obras con interés y claro deseo de mostrarlas y difundirlas.

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viernes, 22 de noviembre de 2019

Nuevo relato de Mara A. Loredo


AL CAER LA NOCHE   

Relato de Mara A. Loredo
Ilustración de  Elvis Arón Sánchez Pereda

Me atenazaba la garganta. Me ahogaba. Una vez más me volvía a ocurrir.
Era pasado, inocente de mí, había creído que era cosa del pasado; pero no, estaba conmigo. Me habían avisado que nunca me abandonaría, acecharía mis movimientos para atacar de nuevo.
No les creí.
Me consideraba a salvo, logré viajar, volver a reír y rehacer mi vida cotidiana. Un día comencé a bajar la guardia ¡Estúpida de mí!
No sé cómo ocurrió, solo puedo intuir que hoy reapareció con cautela al inicio de la tarde, no lo detecté a tiempo porque era una vaga sensación, extraña, la que poco a poco inundó cada instante del día.
Y ahora, al caer la noche, lo sentí.
Primero en la nuca. En ese instante me pareció reconocerlo. Pero dudé. Y esa duda resulto fatal. Porque en pocos segundos alargó sus tentáculos. Mi larga melena se erizó desde la raíz y comenzó a expandirse en oleadas por todo el cuerpo, la superficie de la piel convulsionaba. Bajo un peso que las rodillas no podían soportar, el suelo cada vez estaba más cerca de la cabeza, aunque unas temblorosas manos querían ayudarme para abrir la boca, para soltar el pañuelo del cuello. Pero resultó imposible. Aquello que creí desterrado para siempre había vuelto, no podía luchar contra él.
Lo supe; supe que era tarde ya.
El ahogo bajó de la garganta al pecho, el dolor resultaba insoportable para un desbocado corazón que se estaba rompiendo en mil pedazos.
Noto que esta ocasión es la definitiva, me rindo abandonada a mi irracional miedo, mi maldito miedo me ha vencido.