Estudio de Arte YUSTE

* El Estudio de Arte YUSTE significa la culminación de un ansiado proyecto: hacer de un centro dedicado a la restauración y conservación de obras de arte y objetos artísticos, una expansión hacia la pedagogía del arte y la literatura basada en el único criterio de aplicar la más rigurosa ortodoxia en lo académico y la libertad total en lo creativo.

* Desde hace más de treinta años el Estudio de Arte YUSTE ha desarrollado este proyecto con la satisfacción de ver como el trabajo y la dedicación de los alumnos ha situado a muchos de ellos en escenarios donde se valoran la creatividad, la originalidad y la capacidad de investigación y superación que marcan los caminos de la actividad artística.

* Como consecuencia de esta tarea basada en el trabajo, la disciplina y la dedicación, se ha creado el Grupo Artístico STUDYO que pone de manifiesto el resultado del esfuerzo de unos artistas que, desde la individualidad estilística y creativa, presentan su trabajo a público y crítica amparados por galerías de arte e instituciones que acogen sus obras con interés y claro deseo de mostrarlas y difundirlas.

____________________________________________________________________________________________________

viernes, 1 de febrero de 2019

Nuevo relato de Mara A. Lorerdo


POBRE MARIO
 
 Por Mara A. Loredo

Fidela madrugaba.
Mario dormía la mañana.
Ella dejaba pasar las horas con la tonta manía de fregar las casas de los demás.
Sin embargo, mientras, él tomaba cervezas con los libros y sus compañeros de Universidad.
Ella se apañaba con camiseta, vaqueros de mercadillo y jersey bajo el anorak en invierno; en verano solo camiseta y vaquero, cada año más actual por lo envejecido y algún que otro roto. A la moda, se decía. No se miraba al espejo para no ver las canas. Agua y jabón, no hay mejor crema. En ocasiones, glicerina para las manos cuando se agrietaban a causa de la lejía.
Móvil, sí tenía, desde la oferta de otra línea gratis con la que costeaba la de él. Por supuesto, no lo utilizaba jamás. Solo cuando esperaba ansiosa la llamada que le comunicase que había respondido bien a las preguntas de los exámenes.
Siempre le salían muy bien.

 
Pero, había un pero, al final de curso los profesores eran demasiado exigentes, y los odiosos catedráticos le volvían a suspender. Pobre, no acababan de aprobarle, si acaso una signatura al año. Pobre Mario, con lo que él se esforzaba. Siempre metido en la biblioteca de la universidad. Entre aquellos enormes libros. Por cierto, extraordinariamente caros.
Tampoco él era de mucha ropa, por lo que Fidela tenía que insistir, en cuanto reunía dinero, para ir a comprarle ropa. Eso sí, siempre de marca, para no ser menos que sus amigos.
Cuando llegó el ictus, Mario, el pobre, sacó tiempo para visitarla todos los días media hora. Fidela tardó poco en superarlo, porque su esfuerzo resultó positivo en la rehabilitación.
Contra la opinión de su doctor, se reintegró con rapidez al trabajo en la empresa de limpieza.
Mario, volvió a tener la casa pulcra, ordenada y la comida en la mesa.
Cuando había quedado embarazada y por no abortar su pareja la abandonó, Fidela se había jurado que a su hijo le daría todo de lo que ella había carecido.
El ictus regresó después de un tiempo.
En alguna ocasión, en el geriátrico donde reside, entre una nebulosa, aparece la imagen de su hijo. Pobre Mario ¿Cómo se defenderá sin ella? No se acuerda de la última vez que vino a visitarla. O… ¿no vino nunca?




Relato de Mara A. Loreddo publicqdo en la revista "Prímula"
Nº: 27. Diciembre 2018



3 comentarios:

  1. Vicewnte Llar Segrell (Huesca)2 de febrero de 2019, 12:45

    Interesante relato... si señor. Breve pero muy realista. Me gusta...

    ResponderEliminar
  2. ME GUSTA LA PRECISION DEL COMENTARIO ANTERIOR... LO RATIFICO. NO HAY NADA MAS QUE AÑADIR

    ResponderEliminar
  3. Interesante relato... la vida misma.

    ResponderEliminar